– Pulserita, pulserita, quiero estar más sano
– Si, mi señor, camina 10.000 pasos cada día y alcanzarás el nirvana atlético
Nadie pone en duda (y yo menos aún) que el sedentarismo es un mal de nuestro tiempo.
Para una parte importante de la población la musculatura esquelética apenas tiene necesidad de tensarse salvo para tareas nimias.
Lo que comemos de exceso, que es mucho, se transforma en grasa que es fácil de almacenar, pero innecesaria hoy día.
Mañana no nos va a faltar comida.
Menos mal que el cerebro es un gran devorador de energía y aunque se use poco para pensar, su continuo proceso de background, simpático y parasimpático, consume azúcares que da gusto.
Hay excepciones.
Si vas a la aldea, verás como los fines de semana se siega, se corta leña, se siembra, se recoge, se reparan las tejas, se apuntala la leñera, se pinta la fachada…
Pero a ti y a mi, urbanitas, no nos queda otra: El ejercicio físico tiene que pasar a formar parte del ocio.
Aunque no sale sólo.
Hay que forzarlo, porque no siempre es cómodo, a veces duele o aveces llueve y con frecuencia es poco satisfactorio: CANSA.
Seguimos modas, tendencias y desde hace unos años, las pulseras de actividad y relojes inteligentes se han popularizado y con ellos y ellas la meta de los 10.000 pasos.
En 1963, en el período previo a los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, el Dr. Iwao Ohya, jefe de una de las clínicas más grandes de Tokio, le dijo al ingeniero de Tokio Juri Kato del relojero Yamasa Tokei Keiki (Tokei significa relojes y medidores Keiki) lo preocupado que estaba Ohya por los bajos niveles de actividad física en el Japón de la década de 1960; la solución, dijo Ohya, era que todos caminaran 10.000 pasos al día.
En 1965, la empresa japonesa Yamasa Toki presentó su nuevo contador de pasos, al que llamaron Manpo-Kei. 万歩計) que significa «metro de 10.000 pasos» y comercializaron su dispositivo con el lema: «Caminemos 10.000 pasos al día». Los clubes de senderismo japoneses eran bastante populares en ese momento y la idea de un objetivo de 10.000 pasos parece haberse puesto en cuenta porque el eslogan era pegadizo y a la gente le suelen gustar los buenos números redondos.
La idea de 10.000 pasos al día puede haber sido originalmente un eslogan de marketing, pero parece ser más o menos útil. Una persona sedentaria pero por lo demás sana que no hace ejercicio regularmente podría dar alrededor de 6000-7000 pasos al día en el curso de sus tareas normales de cada día. Este es un promedio aproximado y obviamente varía de persona a persona, pero es una estimación útil para nuestros propósitos. Ahora, una caminata de 30 minutos generalmente implicará alrededor de 3000-4000 pasos, dependiendo de la zancada de una persona. Así que si tomas a una persona sedentaria y haces que agregue 30 minutos de caminata a su rutina diaria, es probable que llegue a unos 10.000 pasos.
El resto, como dicen, es historia.
¡Hala, a caminar!
Dicen que el Kanji para 10.000 sugiere el perfil de un/una atleta corriendo. Lo utilicé para ilustrar este artículo y puedes juzgar por ti mismo/a aquí